Por Sara Freire
Julio Cortázar es un escritor complejo e imposible de imitar por la presencia de elementos fantásticos en sus cuentos en las situaciones más cotidianas.
Un claro ejemplo es su obra “No se culpe a nadie”, en la cual un hombre que se enreda en algo tan cotidiano como su pulóver sufre una experiencia que cambiará su vida para siempre: “El frío complica siempre las cosas, en verano se está tan cerca del mundo, tan piel contra piel” [i] comienza diciendo Julio Cortázar en su obra.
Analizando el cuento creo entender que hay una lucha con la vida, representada por un pulóver, un ahogo, una insatisfacción de unas vivencias que no se aceptan pero a las que se ha llegado por convencionalismos impuestos. Liset dijo: “La tradición popular identifica la mano derecha con lo racional y la mano izquierda con los aspectos irracionales de la psique”. De ahí, que decide suicidarse donde sólo el aire lo envuelva y lo acompañe doce pisos para que, por supuesto, “no se culpe a nadie”.
El protagonista es anónimo, lo que facilita al lector a introducirse en la lectura. Además, debido a las técnicas que utiliza Cortázar para crear una atmósfera sofocante, crea al lector el sentimiento de claustrofobia y asfixia que siente el mismo protagonista.
Los acontecimientos del cuento parecen bastante tontos y fantásticos inicialmente; lo que es fácil rechazar el cuento como una fantasía exagerada y quizás cómica, pero a pesar de eso, el cuento nos deja con una sensación inquietante.
NOTAS_________________________
[i] “No se culpe a nadie” Línea 1-2