Por Guillermo Morales
La autopista del Sur – Julio Cortázar
Hablar de Julio Cortázar supone hablar de uno de los mayores exponentes de la novela hispanoamericana del siglo XX y en consecuencia del realismo mágico. Este autor destaca especialmente por su gran producción de relatos cortos en los cuales se puede identificar los principales rasgos del realismo mágico. Sin duda, una de sus obras maestras es “La autopista del Sur”, publicada en el año 1966.
Este cuento narra el transcurso de un gran atasco en la autopista que une Fontainebleu y París. De esta manera nada más comenzar la lectura aparece uno de los rasgos del realismo mágico: el hecho de partir de una situación cotidiana, vulgar y nada trascendente. Sin embargo, este punto de partida es sobrepasado rápidamente, pues Cortázar consigue crear un “microcosmos” aislado del resto del universo. A pesar de que no se recurre a elementos mágicos la trama adquiere un cierto carácter fantástico que hace pensar que el tiempo deja de transcurrir para aquellos que están atrapados en la detención. El atasco y sus integrantes se trasladan a un tiempo y un espacio apartado del mundo que conocemos.
En cuanto a la estructura, La autopista del Sur presenta la estructura clásica de las narraciones: planteamiento, nudo y desenlace. Primero se presenta el atasco y sus integrantes, posteriormente se desarrollan una serie de acontecimientos y por último el embotellamiento se disuelve. Como se puede ver, la obra presenta un desarrollo lineal. El desenlace en esta obra es clave y supone un gran punto de inflexión. Tras todas las experiencias compartidas con todos los coches vecinos, cada individuo renuncia de todo lo vivido y se sumerge de lleno en la rutina envuelta de un aura gris y un sabor agridulce.
En este cuento destaca el uso de oraciones muy largas. Cortázar inicia frases que se prolongan en ocasiones a lo largo de toda la página que, junto a las numerosas enumeraciones y descripciones, le confieren al relato una sensación de lentitud e incluso de atasco muy relacionada con la situación que se narra. También es importante el uso de americanismos.
Sobre los personajes destaca que carecen de nombres, pues el autor se refiere a ellos a través del coche que conducen (ingeniero del 404, la muchacha del Dauphine…). En ellos se observa una clara evolución psicológica, al principio se sienten ajenos al problema y piensan que pronto se acabará, pero a medida que avanza el tiempo se dan cuenta de que para sobrevivir será necesaria la colaboración entre todos. De esta manera empiezan a surgir pequeñas asociaciones que tienen como fin organizar la convivencia para sobrevivir. Sin embargo hay personajes que permanecen ajenos a este movimiento socializador. En consecuencia, a diferencia del resto de sus cuentos, en este Cortázar sí que recurre a las descripciones psicológicas.
Para finalizar, el autor trata un tema muy interesante en esta obra. La hipocresía que rodea al desarrollo y el progreso. Nos rodeamos de máquinas cuya misión es hacer nuestra vida más fácil y deshumanizamos nuestro ambiente cuando muchas veces lo único que conseguimos es lo contrario, ponernos trabas que nos impiden disfrutar de la vida más allá de la vida misma. Sin duda, un atasco es un gran ejemplo de esto. Por último, Cortázar también hace referencia a como prevalece finalmente el interés privado sobre el general.