Por Alejandro Martínez
El señor Petrone hace un viaje de negocios a Montevideo y coge una habitación en el hotel Cervantes. Allí descubre una puerta clausurada que debía dar a la habitación contigua. A través de la misma es capaz de escuchar el llanto de un niño. Más adelante se entera de que la habitación la ocupa una mujer. La mujer abandona el hotel, pero él sigue escuchando el llanto.
El Realismo mágico se aprecia en el escaso desarrollo psicológico de los personajes y en el final abierto de la historia, pero sobre todo en la mezcla de elementos verosímiles con otros fantásticos. En este caso, se trata de la persistencia del llanto del bebé que no debería existir, ya que la mujer había abandonado el hotel.
En esta obra se aprecia el estilo de Cortázar en la claridad y la brevedad de su prosa. Aborda el tema sin rodeos. Utiliza frases sencillas y palabras comunes, a excepción de expresiones sudamericanas.
El tema de la obra es principalmente el fenómeno extraño que se da en el hotel, pero también se aprecia un trasfondo político y social en lo referente al bloqueo comercial de Uruguay.
Los personajes tienen una psicología simple y son personas comunes. Perciben los fenómenos con cierta normalidad y quedan con la duda al final de la obra.