Por Adrián Barra
El objeto de esta valoración crítica es la obra Marina, de Carlos Ruiz Zafón. Se trata de una novela escrita en 1999. Dentro de este subgénero narrativo, la novela de intriga, Zafón se erige como claro exponente, incluyendo otras obras como La sombra del viento.
Los principales temas de la obra son los siguientes: por una parte, el amor, es una obra juvenil aunque no restringe su lectura a esta generación, ya que está presente tanto en el aprecio mutuo entre Marina y Oscar, como en la historia de Eva Irinova, conocida como “la mujer del cementerio” y su marido Kolvenik; por otra parte, el tema del misterio, que ambienta el conjunto de la historia. Este se manifiesta en la obra en dos casos concretos: primero, el conjunto de personajes con historias dramáticas y sucesos ambiguos que no queda muy claro si refleja la realidad o la ficción, como es la presencia de ciertos monstruos, que acaban siendo personas que han sufrido deformaciones; en segundo, se refleja en lugares tenebrosos y siniestros como son el invernadero o el cementerio.
El estilo de la obra, predominan las narraciones sencillas en las que el novelista tan solo pretende contar historias de estilo realista, por ello es una fácil lectura juvenil. La recuperación del realismo no se produce con el afán de criticar la realidad social, sino solamente como marco para situar al personaje y sus preocupaciones, aunque incluye matices sobre naturales para potenciar el misterio. Otra característica más son las interminables descripciones de escenas y lugares, por lo cual Zafón logra que el lector se imagine perfectamente y con todo detalle la historia y sus escenarios.
Todo esto que se ha mencionado ha contribuido a que Marina sea una obra relevante en nuestros días. La trama y su sencillez de lectura permite que esta no quede alejada de un lector menos experimentado; sin embargo, esta sencillez no impide que sea una obra muy bien escrita que capta nuevos lectores.